Hoy, en mi avanzada cuarentena, me doy cuenta plenamente, de que ya he consumido, hipotéticamente, la mitad de mi tiempo en este mundo, y digo hipotéticamente, porque tomo conciencia de que realmente, no sé cuánto tiempo real me queda, y con ésta certeza, la perspectiva cambia radicalmente.
Un día te levantas y haces balance y te das cuenta que ya has vivido mucho de lo que querías vivir, pero que aún quedan muchas cosas por hacer de las que te gustarían y, es ahí, al filo de ese hilo de pensamiento, donde descubres que el único tiempo aún tuyo es el ahora, y empiezas a valorar tú tiempo, a valorar las pequeñas y también grandes cosas que te brinda el universo cada día, cada sorbo de un buen café, una buena conversación, escuchar buena música,un aquí te pillo aquí te mato de esos que te cortan la respiración con alguien que hace volar tu imaginación, hacer alguna estupidez, una puesta de sol, la paz que te brinda estar solo rodeado de naturaleza, ...mil cosas que antes no apreciabas en toda su intensidad, y ahora con tu visión renovada, te hacen vivir intensamente, como si hoy fuese el último día, la ultima vez.
Vivir intensamente es simplemente eso , ser tu mismo y hacer lo que te hace feliz, pese a todo y pese a todos,y al hacerlo te embriaga una sensación de libertad y de paz contigo mismo incalculable.
Algo tan simple y tan complejo a la vez, como dejarte llevar. Por un impulso, por una sensación, decir y expresar claramente lo que piensas o deseas, sin importante juicio o criterio ajeno. Ser simplemente tú, sin ambaje ni artificio, ya no queda tiempo para eso, solo para ser fiel a ti mismo y hacer lo que se te venga en gana, sin dañar a los demás.
Así quiero vivir lo que me quede de tiempo, siendo intensa y rematadamente loca,pero yo misma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario