A veces tan cerca y otras tantas tan lejos, que llegó a dudar de la realidad del intenso color de tus ojos y del torrente de sensaciones que me golpean al mirarlos. Tanto así, que evitó detenerme en ellos y en la perturbación que me provocan, cuando en realidad desearía contemplarlos, estudiar lo que podría ver a su través .
Y en movimiento retrógrado parezco tomar distancia de tu órbita, mezclándose en el tumulto de energías que nos rodean, pero aunque me resista , en mi pensamiento irrumpe tu energía constantemente, adueñándose de mi atención aún dispersa. Fallido movimiento retrógrado una vez más.
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